El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) ha hecho públicas sus propuestas para la contribución a la Estrategia de Europa 2020, centradas en la mejora de la calidad de vida y la inclusión social de las personas con discapacidad.
A este respecto, el CERMI ha destacado que una de cada seis personas en la Unión Europea tiene una discapacidad que oscila entre moderada y severa, cifra que supone que cerca de 80 millones de personas no pueden participar completamente en la vida económica y social de la Unión debido a barreras en su entorno y actitudinales.
En relación con lo anterior, el CERMI ha subrayado que un tercio de las personas mayores de 75 años tiene alguna discapacidad que restringe su capacidad de acción en alguna medida. Además, ante el escenario actual de envejecimiento poblacional y de restricción presupuestaria, el Comité opina que es muy probable que esta cifra experimente un aumento.
Por otra parte, la organización ha analizado los objetivos del de la Estrategia de Europa 2020 para ejemplificar en qué medida las mejoras de las condiciones de las personas con discapacidad en áreas como la educación, el empleo y la pobreza pueden servir como motor para alcanzar los objetivos en estas áreas que se plantea la Unión Europea (UE).
Así pues, en áreas como el empleo, donde las personas con discapacidad experimentan condiciones muy desfavorables, el potencial de mejora es muy alto, significando que mejoras en este ámbito del 1% podrían significar mejoras de hasta el 0,11% en la tasa de empleo agregada de la Unión.
De la misma manera, reducir la tasa de desempleo de larga duración de las personas con discapacidad en un 3% permitiría a la UE rebajar este concepto por debajo de la barrera del 5%.
En campos como la educación, las personas con discapacidad muestran las tasas más elevadas en abandono escolar. En esta línea, el CERMI ha apuntado que si se pretende reducir esta tasa por debajo del 10% es interesante considerar que una reducción del 1% en los países con las tasas más altas (Malta, España, Portugal…) supondría un 0,06% en total agregado de la Unión.
En el mismo sentido, los datos sobre el acceso a educación terciaria de las personas con discapacidad señalan una mayor dificultad de estos frente al resto de la población (27,2% frente al 40%) por lo que una mejora en este ámbito resulta “esencial” para alcanzar el objetivo general de la Unión del 40%.
En el terreno de la pobreza, las personas con discapacidad están sometidas a un mayor riesgo de pobreza frente al resto de la población (a excepción de en Hungría), por ello, la reducción en un punto porcentual en este ámbito supondría una reducción del 0,14% en el agregado de la Unión, ayudándola a alcanzar sus objetivos.
El CERMI ha resaltado la considerable situación de desventaja en la que se encuentran las personas con discapacidad frente al resto de la sociedad. Por ello, este grupo social, con un amplio margen de mejora, supone un colectivo clave al que dirigir políticas sociales para la consecución de los objetivos de la Estrategia de Europa 2020.
Además el CERMI ha subrayado que cualquier gasto que se realice para con las personas con discapacidad en conceptos como programas de educación o de empleo debe ser considerado una” inversión” al permitir reducir las ayudas públicas y aumentar el ahorro además activar la economía.
Para ayudar a lograr los objetivos de la Estrategia de Europa 2020, el Comité ha sugerido a la UE descomponer los objetivos generales en subobjetivos. Estos subobjetivos, divididos por grupos sociales (entre los que se encuentra el colectivo de personas con discapacidad), permitirán atender mejor a las necesidades de estos.
En este sentido, el CERMI propone, además, una segunda división por países de estos subobjetivos para estimular la participación de las organizaciones sociales y que con su conocimiento puedan ayudar a confeccionar políticas mejor informadas.