El estudio “El impacto de la pandemia por covid-19 en la violencia de género en España” publicado por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, confirma que, a pesar de la bajada histórica en el número de denuncias y homicidios en 2020, la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia no ha hecho más que incrementar la violencia de género por el aumento de tres factores: el aislamiento, la justificación, el control, etc., que utilizan habitualmente los agresores para ejercer la violencia; la dificultad de las mujeres para salir de la violencia por falta de oportunidades; y la limitación del acceso de las mujeres a los recursos asistenciales. Además, el estudio también determina que durante la pandemia de la COVID-19 ha habido un aumento en las situaciones de control de las mujeres, elemento esencial en la violencia de género dentro de las relaciones de pareja.
Cuando se marca la casilla 106 de Actividades de Interés Social o X Solidaria en la declaración de la renta, las ONG ponen en marcha programas que luchan por la erradicación de la violencia contra las mujeres, potencian proyectos relacionados con su salud, su integración laboral y, ante todo, lucha contra las desigualdades que sufren fomentando su empoderamiento, especialmente el de las mujeres en situación de extrema vulnerabilidad.
Debido a esta situación y con el objetivo de contrarrestarla todo lo posible, diferentes ONG desarrollan proyectos que luchan por la erradicación de la violencia contra las mujeres, potencian proyectos relacionados con su salud, su integración laboral y, ante todo, lucha contra las desigualdades que sufren fomentando su empoderamiento, especialmente el de las mujeres en situación de extrema vulnerabilidad.
Las ONG financian estos proyectos a través del IRPF, por ello, quien marca la casilla 106 de Fines Sociales o X Solidaria apuesta por disminuir las desigualdades hacia las mujeres y luchar contra la violencia de género. De esta manera, en 2021 se destinaron casi 3,7 millones de euros a proyectos para luchar contra la desigualdad de género que beneficiaron a más de 1,6 millones de mujeres. Además, también se dedicaron casi 4,3 millones de euros a programas que luchan contra la violencia de género, de los cuales se beneficiaron 1.028.347 mujeres.
Una de las entidades implicadas contra la desigualdad y la violencia que sufren las mujeres es la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), que desarrolla el programa ‘Lucha contra las discriminaciones y violencias hacia las mujeres con discapacidad física y orgánica’ cuya finalidad es contribuir a la erradicación de los distintos tipos de violencias y factores de discriminación interseccional a los que se enfrentan las mujeres y niñas con discapacidad. A través de las acciones informativas, de concienciación y de empoderamiento, realizadas en 2021 se implicó a más de 20.000 personas, entidades sociales, administraciones públicas y empresas.
La Federación de Mujeres Progresistas (FMP) es otra entidad que realiza programas dirigidos a la protección de las mujeres y sensibilización de las principales discriminaciones que sufren. Para procurar la protección integral a las víctimas de delitos de violencia en cualquiera de sus formas y la prevención de estos, desarrollan el programa ‘Tendiendo Puentes contra la violencia de género’. También llevan a cabo la red ‘No Acepto’ que consiste en el estudio y visibilización de los matrimonios forzados en España y el proyecto ‘Ciberacoso’ cuyo objetivo es crear estrategias para acabar con la violencia digital como un delito de odio contra las mujeres. ‘En Clave Saludable’ es el programa que busca mejorar la atención que reciben las mujeres a través de la implementación de la perspectiva de género en la salud.
La implementación de esta perspectiva en el ámbito de la salud es fundamental, algo que también es posible a través del programa ‘Educación para la Salud’ que realiza Scouts de España, para el cual utiliza el tiempo libre como espacio propio de trabajo a través de actividades en la naturaleza y al aire libre.
La Red de Atención a las Adicciones (UNAD) desarrolla iniciativas relacionadas con la igualdad en el ámbito de las adicciones como el Observatorio de Violencia de Género y Estigma o las Unidades de Atención a la Familia y la Mujer de la Policía Nacional (UFAM), para mejorar la atención a las mujeres con problemas de adicciones que, además, son víctimas de violencia de género.
La ONG Movimiento por la Paz (MPDL) apoya a las mujeres en situación de vulnerabilidad con el programa ‘El Punto de información y asesoramiento integral para la mujer víctima de violencia de género y/o en riesgo de exclusión social’. A través de este proyecto apoyan a víctimas de violencia de género y/o en riesgo de exclusión social desde un enfoque integral, a través del asesoramiento, información y acompañamiento desde los ámbitos social, jurídico, sociolaboral y psicológico.
En esta misma línea trabaja Cruz Roja con el proyecto ‘Empoderamiento a mujeres en situación de dificultad social’ pueden apoyar en el proceso de recuperación a las mujeres en situación de dificultad social o que son víctimas de violencia. Llevan a cabo acciones que dan cobertura a las necesidades básicas, contribuyen a la mejora de su salud física y emocional, fortalecen sus propias capacidades a través de acciones de orientación, información, asesoramiento jurídico y asistencia psicológica. Todo ello, con el fin de fomentar su autonomía, a través del empoderamiento, el aumento de la autoestima, la construcción de redes de apoyo sólidas y el abordaje de las consecuencias derivadas de las situaciones de violencia o desigualdad, que pueden haberlas expuesto a circunstancias de especial riesgo.
En el ámbito rural trabajan entidades como COCEDER, que desarrolla el ‘Programa estatal de formación y apoyo a la inserción sociolaboral de las mujeres del medio rural’, que favorece el empleo y autoempleo y facilita la conciliación, lo que consigue empoderarlas fomentando su independencia. Por su parte, la Federación de Mujeres y Familias del Ámbito Rural (AMFAR), desarrolla el programa ‘Mujeres Rurales con Necesidades Educativas o de Inserción Laboral’ con el objetivo de mejorar la capacitación y la empleabilidad de las mujeres rurales españolas.
La Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) presta el servicio ALBA de atención y asesoramiento sobre violencia de género para mujeres sordas, que pretende paliar la falta de accesibilidad a la que se enfrentan las víctimas sordas de violencia machista poniendo a su disposición una plataforma de atención en lengua de signos española y chat que les ayude a encontrar una salida frente a esta violencia.
Además de estos proyectos cabe destacar que, para fomentar la igualdad de género entre las y los jóvenes, La Liga de la Educación, realiza La ‘Guía Didáctica de Educación Afectivo Sexual para jóvenes’, una guía adaptada a la juventud y a la sociedad actual cuyo punto de partida es la necesidad de una educación sexual basada en una información congruente y veraz, ajustada a las necesidades de la juventud.
En relación a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, y teniendo en cuenta que esta constituye un ámbito central en la salud de las mismas y está fuertemente condicionada por las desigualdades de género, la diversidad cultural y las barreras idiomáticas, la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), desarrolla un programa de Mediación intercultural especializada en salud sexual y reproductiva y prevención de violencias para garantizar el acceso de las mujeres de diferentes orígenes étnicos y culturales a los servicios públicos de salud. Además, contribuye a la erradicación de prácticas dañinas para la salud de las mujeres mediante el impulso de la Red estatal para la prevención e intervención ante la mutilación genital femenina y otras violencias de género asociadas.