La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), entidad perteneciente a COCEMFE, junto con Apoyo Positivo y con el apoyo de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) y la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) han presentado una campaña de sensibilización que recorre los diez años de mensajes, campañas, información e hitos alrededor del objetivo común de la microeliminación y el abordaje prioritario de las hepatitis víricas para su eliminación en 2030.
Desde 2016, la estrategia mundial de la OMS contra la hepatitis, respaldada por todos sus estados, pretende reducir las nuevas infecciones por hepatitis y las muertes, con un objetivo marcado para el año 2030. Sin embargo, los datos disponibles indican que la mayoría de los países no están en camino de cumplir con estos objetivos estratégicos, que se centran especialmente en reducir la incidencia y mortalidad relacionadas con las hepatitis B y C. Esto ocurre a pesar de la disponibilidad de vacunas y de varios años de implementación del tratamiento curativo para la hepatitis C.
La mayoría de los países muestran un buen progreso en el programa de vacunación infantil contra la hepatitis B, pero presentan deficiencias en las medidas de reducción de daños para la hepatitis C en personas que se inyectan sustancias, así como en el seguimiento y vacunación de algunas personas adultas contra la hepatitis A y B. España se encuentra entre los países que pueden alcanzar la eliminación de la hepatitis C según los objetivos establecidos, pero aún queda un largo camino por recorrer, ya que muchas personas todavía necesitan ser diagnosticadas y tratadas en nuestro país.
Así, para acelerar la eliminación de las hepatitis víricas, FNETH y Apoyo Positivo han propuesto una serie de recomendaciones clave. Primero, es fundamental aumentar las campañas de información y sensibilización sobre las hepatitis y su prevención, involucrando a la comunidad sanitaria, medios de comunicación, influencers y personas directamente afectadas. También es crucial mejorar las estrategias de detección para identificar infecciones no diagnosticadas y asegurar que las personas con hepatitis C reciban el tratamiento adecuado.
Es necesario aprovechar las sinergias con los programas de VIH y otros servicios de salud sexual, integrando pruebas de hepatitis viral en diversos entornos del sistema de salud para evitar oportunidades perdidas. Además, se deben desarrollar modelos de atención que faciliten el diagnóstico y tratamiento en poblaciones prioritarias.
La descentralización del tratamiento mediante modelos comunitarios ya exitosos en el VIH puede ser una estrategia efectiva. También se debe priorizar el desarrollo de programas de reducción de daños que ofrezcan materiales preventivos para evitar la transmisión de hepatitis y utilizar estos programas para facilitar el acceso a la detección y tratamiento.
Mejorar el seguimiento y la comunicación sobre el diagnóstico y tratamiento de hepatitis es esencial para que los sistemas de salud puedan informar mejor sobre su desempeño. Finalmente, es crucial mantener el apoyo financiero para la vacunación contra la hepatitis B en países de ingresos bajos y medios, y acelerar la investigación para desarrollar tratamientos curativos asequibles para la hepatitis B y una vacuna preventiva para la hepatitis C.
“El objetivo es claro: prevenir, diagnosticar y tratar a todas las personas afectadas por hepatitis y VIH. Para lograrlo, es esencial eliminar el estigma que rodea a estas infecciones, especialmente el asociado con las prácticas que pueden conducir a ellas y con las personas y comunidades afectadas. Debemos hablar más sobre la hepatitis y abordar el estigma para facilitar estos esfuerzos”, argumenta y concluye FNETH en nota de prensa.