Esclerosis Múltiple España (EME), entidad perteneciente a COCEMFE, con motivo de la celebración del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, que se celebra el 30 de mayo, lanza la campaña: ‘Una vida en comunidad. Una vida con más oportunidades’, para urgir a las administraciones a implementar medidas de protección social que garanticen la plena inclusión de las personas con esclerosis múltiple (EM).
La protección social permite acceder a derechos, ayudas, servicios y prestaciones en materia de estudios, empleo, cuidados, supresión de barreras, etc. Sin embargo, las personas con EM y otras enfermedades crónicas graves, solo tienen derecho a acceder a ellas tras el reconocimiento de un grado mínimo de discapacidad del 33%. Por este motivo, EME pone el foco en la necesidad de que este grupo social pueda acceder a estas garantías desde el momento del diagnóstico, y así lo subraya su presidenta, Ana Torredemer. “Gracias a los avances terapéuticos cada vez menos personas con esclerosis múltiple desarrollarán grandes discapacidades, pero eso no quiere decir que la enfermedad no afecte a su vida diaria, e incluso que lo haga de forma importante como cuando aparecen los brotes o se manifiestan sus síntomas, en ocasiones muy limitantes”.
Torredemer además recalca que “si la discapacidad llega, y con esta las medidas de apoyo, en muchas ocasiones, ya es tarde, puesto que el 70% de las personas diagnosticadas de esclerosis múltiple pierde su empleo o se ven obligadas a dejar de trabajar tan solo 10 años después del diagnóstico”.
La EM es una patología muy heterogénea, de evolución impredecible y condicionada por síntomas a menudo invisibles como la fatiga, los problemas de visión o el dolor. Estas circunstancias impactan a todos los niveles, pero de manera muy especial en la vida laboral de las personas diagnosticadas, ya que, tras dicho diagnóstico, acceder a un empleo o mantener el puesto de trabajo sigue siendo el problema asociado a la economía familiar más destacado. No contar con medidas de protección social adecuadas es un problema en el ámbito laboral para muchas personas con esta enfermedad, provocando que más del 30 % no lo cuente por miedo al estigma o a la pérdida del empleo. Asimismo, para el 77% de las personas con EM dejar de trabajar supone, además del impacto económico, la pérdida de autoestima y con frecuencia deriva en estados de ansiedad, estrés e incluso depresión.
En este sentido, la presidenta de EME reivindica que “el apoyo de las empresas y la adaptación de los puestos de trabajo son fundamentales para que las personas con EM puedan acceder y mantener su empleo, lo cual, además de beneficiar a su propia economía familiar, repercute positivamente en el conjunto de la sociedad. Mientras llega una respuesta por parte de la Administración, todas las personas podemos, desde nuestra posición, contribuir a mejorar la vida de las personas con esclerosis múltiple”.