El coste asistencial del párkinson en Europa asciende a casi 14.000 millones de euros al año

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La Enfermedad de Parkinson (EP) es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente y su prevalencia continuará aumentando como consecuencia del envejecimiento de la población. Más de un 1.2 millones de personas la padecen en Europa y se prevé que su incidencia se triplique para el año 2050. Diversos estudios han analizado la carga económica de esta patología, de donde se deduce el fuerte impacto que supone: se calcula que el coste anual para el sistema de salud europeo es de 13.900 millones de euros, cifra que se incrementará a medida que aumente el número de personas afectadas en Europa.

En este sentido, según recoge un estudio publicado por la Asociación Europea para la Enfermedad de Parkinson (EPDA), éste es uno de los trastornos neurodegenerativos que superará al cáncer dentro de las enfermedades más comunes en el año 2040.

En España, se estima que hay 150.000 afectados por la enfermedad de Parkinson. Según un informe elaborado por la Fundación del Cerebro, organización perteneciente a la Sociedad Española de Neurología, para evaluar el impacto social que supone en nuestro país, el gasto anual promedio de un paciente supera los 17.000 euros anuales, de lo que se podría estimar que en nuestro país supone un coste anual de más de 2.500 millones de euros.

En nuestro país son las asociaciones de pacientes y los propios afectados y sus familias los que asumen gran parte del gasto. “Los afectados de EP necesitan una serie de cuidados y terapias específicos como son la logopedia, la fisioterapia, el apoyo emocional y psicológico y la estimulación cognitiva. Estos servicios son asumidos por las asociaciones que a través de subvenciones, colaboraciones privadas y cuotas, en ocasiones simbólicas, contratan a profesionales especializados y dotan sus instalaciones. En otras ocasiones, el afectado no tiene acceso a una asociación cercana y tiene que pagárselo de su propio bolsillo”, explica Mª Jesús Delgado de Liras, presidenta de la Federación Española de Párkinson (FEP).

En cuanto al progreso de la enfermedad, en el caso de España aproximadamente un 10% de los afectados presentan párkinson avanzado. Según progresa la gravedad de la enfermedad, se produce un aumento de los costes (consultas, hospitalizaciones, pruebas o jubilaciones anticipadas).

Además, en esta etapa hay una relación entre el coste total anual y el estado en “off” del paciente (estado que se produce cuando la medicación deja de controlar los síntomas, éstos vuelven a aflorar y la función motora del paciente se vuelve a ver dificultada).  Según apuntan los estudios, los costes totales al año aumentan en función de tiempo que el paciente pasa en un estado “off”. En la fase avanzada los pacientes tienen serias dificultades para realizar sus actividades diarias, viéndose obligados a depender de un cuidador. Estos cuidadores, que suelen ser familiares de los afectados, soportan una gran carga física y emocional derivada de la atención diaria del paciente que en ocasiones, origina trastornos psicosociales como depresión y ansiedad en el cuidador.

“Estimamos que un 15% de los afectados de párkinson avanzado no recibe el tratamiento adecuado. Desde la Federación defendemos que un paciente bien tratado supone un menor coste al sistema, un paciente que no recibe el tratamiento adecuado va a necesitar más ayuda, más consultas y, en algunos casos, ingresos hospitalarios”, afirma Delgado.

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