La Coordinadora Nacional de Artritis (ConArtritis), entidad miembro de COCEMFE, dentro de su campaña “Activo frente a la artritis, mes a mes” quiere animar y lanzar un mensaje de esperanza a las mujeres que tienen esta enfermedad crónica y autoinmune para que sepan que, si lo desean, pueden ser madres.
Y es que, como indica la Dra. Paloma García, jefa del Servicio de Reumatología del Hospital HM Sanchinarro, “la artritis no provoca infertilidad ni reduce las posibilidades de quedarse embarazada”. Sin embargo sí puede influir la toma de ciertos fármacos utilizados para el tratamiento de la enfermedad, los cuales también pueden afectar al feto si la paciente se queda embarazada, por ello “el embarazo se debe planificar bien” indica la Dra. García.
“Más del 75% de las mujeres con artritis mejoran de su enfermedad durante los nueve meses de gestación”, indica la Dra. Nuria Izquierdo Méndez, ginecóloga de la Unidad de Obstetricia del Instituto de Salud de la Mujer José Botella Llusiá (ISMJBLL) y del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El problema suele aparecer una vez se da a luz, ya que “el 90% de estas pacientes tienen una reagudización de la enfermedad en las semanas o meses después del parto”, explica la ginecóloga experta en embarazos de riesgo. La causa de esta recaída está relacionada con el factor hormonal que influye en las manifestaciones de la artritis “tras el parto hay un cambio en el balance hormonal que normalmente provoca un brote, por ello los especialistas debemos estar especialmente atentos a este momento”, apunta la reumatóloga Palom
Por este hecho, ambas especialistas coinciden en señalar que es muy importante planificar bien el momento de tener un hijo. “Este tipo de embarazos requieren de un enfoque multidisciplinar con profesionales expertos en enfermedades autoinmunes sistémicas, reumatólogos, obstetras experimentados en el manejo de embarazos de alto riesgo y neonatólogos especializados”, explica la Dra. Izquierdo a lo que apunta, “se evalúan distintas terapias farmacológicas y no farmacológicas para ser utilizadas durante el embarazo, por ello es vital ajustar la medicación y buscar el momento oportuno de la gestación, que normalmente es tras seis meses sin brote o reagudización de la enfermedad”.
En lo que se refiere al tratamiento farmacológico durante el embarazo, la especialista en ginecología explica que el tratamiento se debe individualizar, “si es necesario usar medicación, esta será elegida por categoría y valorando siempre riesgo-beneficio, ajustando la misma a la máxima compatibilidad durante el embarazo”.
Una vez que se da a luz, las mujeres con artritis suelen experimentar un choque de sentimiento, por un lado la enorme felicidad que genera ser madre, pero por otro los síntomas relacionados con la enfermedad tienden a empeorar después de dar a luz. “Es una etapa crítica que requerirá ser vigilada por el reumatólogo, ya que precisará comenzar con medicación y sabemos que algunos medicamentos pueden interferir con la lactancia o simplemente pueden ser dañinos para el bebé”, explica la ginecóloga Nuria Izquierdo.
En este momento de brote la recién mamá puede sufrir dolores, entumecimiento de las articulaciones, falta de movilidad, cansancio extremo, etcétera, efectos que pueden limitar los cuidados que necesita su bebé. “No se puede decir que una madre no va a poder coger a su hijo, aunque es cierto que en pleno brote pueden tener dificultades. En estos casos se debe seguir una serie de recomendaciones sobre higiene postural”, apunta Alfonso Riaza, terapeuta ocupacional en el Hospital Universitario La Paz –Hospital Cantoblanco- Hospital Carlos III, y hace hincapié en que es importante utilizar las articulaciones más grandes, como los codos, así como los antebrazos para coger al bebé, “también nos podemos ayudar con dispositivos especiales, como las mochilas de porteo o incluso un pañuelo grande para coger al bebé de una manera fácil y segura”.
Las sesiones de terapia ocupacional resultan de gran ayuda para estas madres, ya que aprender a usar ciertos dispositivos y adquirir una buena higiene postural que facilitan la ejecución de los cuidados que necesita un recién nacido.