COCEMFE participó ayer en el III Foro de Accesibilidad, organizado por Thyssenkrupp Encasa, en el que bajo el lema “Un paso adelante” se intercambiaron diferentes puntos de vista sobre dos temas de interés general, el impulso que España debe dar para promover que las personas con discapacidad puedan viajar sin impedimentos y la adaptación de los mayores a las nuevas tecnologías.
La jornada comenzó con una mesa debate sobre el Turismo Accesible en la que estuvo presente el Embajador de Alemania en España, Renhard Silberberg, quien comentó que “se debe hacer un esfuerzo especial para adaptarse a todo tipo de visitantes”. “No se trata de un gasto, sino de una inversión, que fortalecería este sector tan importante para el país y que abriría nuevas fuentes de ingresos”. Y es que según se apuntó en el encuentro, varios estudios apuntan a que la discapacidad supone un mercado que asciende en el mundo hasta los 8 billones de dólares anuales.
En este sentido explicó que España atrae a muchos turistas jóvenes de “sol y playa”, pero está olvidándose de las personas mayores, a pesar de que cuentan con gran poder adquisitivo. Estos visitantes buscan una alternativa más enfocada hacia la cultura, la gastronomía o el ocio y según afirmó no eligen nuestro país y se decantan por otros como Italia, por considerarlo poco accesible.
Por su parte, el presidente de PREDIF y CERMI en Castilla y León, D. Francisco Sardón explicó que se están haciendo esfuerzos, pero apunta a que “además de reducir barreras arquitectónicas, hay que saber comunicarlo. Muchos turistas europeos consideran que España es un destino no accesible, pero no es porque lo sea, sino porque no se conoce”.
Tras la primera mesa llegó el turno de hablar de los Mayores 2.0 en la que intervino el responsable de Formación y Empleo de COCEMFE, Juan García, quien afirmó que la brecha digital no está sólo motivada por la edad, también influye la discapacidad, ya que en muchas ocasiones las familias en las que alguno de sus miembros tiene una discapacidad suelen tener gastos elevados, o menos posibilidades de empleo, que no les permiten acceder a costosas conexiones a Internet. Otro de los motivos que influyen es el miedo a no saber utilizar este tipo de herramientas, sobre esta cuestión Juan García comentó que los mayores o personas con discapacidad “deben romper con sus prejuicios y confiar en sus capacidades”, a ello volvió a insistir en que ayudaría el desarrollo de dispositivos sencillos y fáciles de utilizar.