Las emociones están directamente relacionadas con la salud, puesto que ayudan a afrontar la enfermedad y a llevar dicho proceso con más entereza. Las emociones positivas y negativas forman parte de la vida de todas las personas, cuando las emociones negativas son demasiado intensas e influyen en el bienestar se produce un desequilibrio. Así lo explica Rocío Garrido, Psicóloga de la Federación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH), entidad miembro de COCEMFE, que citando a la reputada psicóloga Barbara Fredrickson, asegura que en dicho contexto surge la necesidad para los psicólogos de promover la generación de las emociones
¿Por qué es tan importante promover dichas emociones en el proceso de trasplante? En este sentido, Garrido expone que no sólo consiste en disfrutar haciendo algo, o a veces no haciendo “nada” sino que estas emociones “están directamente relacionadas con la salud, puesto que ayudan a afrontar la enfermedad y a llevar dicho proceso con más entereza”.
La responsable del servicio de apoyo psicológico de la FNETH, explica que las personas que experimentan más emociones positivas que negativas, poseen ciertas características como el optimismo, ya que son capaces de dar sentido a las situaciones difíciles que se le presentan en la vida; la perseverancia, dado a que no se rinden a la hora de alcanzar sus objetivos; tenacidad, son más persistentes ante los fracasos; mejor funcionamiento cognitivo, aprenden más rápido y focalizan mejor la atención y la creatividad, el bienestar emocional favorece un pensamiento más abierto y flexible, de esta manera resulta más fácil generar respuestas o conductas originales y novedosas.
Aunque algunas personas poseen estas cualidades de manera intrínseca, es posible aprenderlas mediante una adecuada orientación psicológica. Por eso “la potenciación de las emociones positivas es un componente fundamental en el apoyo psicológico que ofrece la FNETH” concluye Garrido.