Este domingo 18 de octubre tendrá lugar el Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso, que además celebrará a partir de las 9:00 horas su 25 Aniversario. Este año, en el que se ha vuelto a lograr un nuevo récord de participación con casi 12.500 corredores inscritos, la entidad beneficiaria es la Asociación de Fibrosis Quística de la Comunidad Valenciana, que ha puesto por lema para la carrera “Mi aire, tu meta”.
La Fibrosis Quística es una enfermedad crónica de origen genético que afecta a diferentes órganos del cuerpo, pero sobre todo a los pulmones, ocasionando un deterioro progresivo de los mismos. Cuando la enfermedad provoca efectos muy graves e irreversibles existe la posibilidad del trasplante pulmonar, que supone una mejora significativa en su calidad de vida.
Se ha comprobado que el ejercicio físico supone un gran beneficio para las personas con Fibrosis Quística, ya que al mantenerse más en forma soportan mejor el impacto de la enfermedad, tienen menos infecciones y generalmente tienen vidas más duraderas y saludables.
Por ello, un grupo de 26 jóvenes y adultos con Fibrosis Quística (FQ) se ha animado a participar en la carrera recorriendo el kilómetro final, lo que para ellos supone un gran esfuerzo dadas sus limitaciones respiratorias. Pero lo más sorprendente es que dos de ellos, a pesar de su enfermedad, correrán los 21K que componen el medio maratón.
El primero de estos valientes es José Vicente Escudero, que viene desde Aranjuez para cumplir el reto de su primer medio maratón. Tiene 37 años y su Fibrosis Quística no le ha impedido hasta el momento hacer lo que más le gusta: correr. Ya ha completado varios 10K y ahora quiere correr 21K por una buena causa, ayudar a la Fibrosis Quística.
El segundo es Patxi Irigoyen, un joven con FQ trasplantado pulmonar que viene desde Pamplona a correr también su primer medio maratón. Patxi comenzó a realizar más deporte a raíz de su trasplante, principalmente el alpinismo, que es su gran pasión. En estos años ha realizado grandes hazañas como hacer de guía para un grupo de montañeros invidentes en el Monte Olympo (Grecia) y completar una ascensión de casi 6000 metros en los Andes.